Maltrato en el embarazo.

A menudo las mujeres que son víctimas de maltrato por parte de su pareja piensan que el embarazo puede ser una forma de protección. Desgraciadamente, la mayoría de los expertos afirman que es probable que un hombre violento continúe siéndolo durante y después del embarazo. De hecho, el maltrato durante el embarazo es un problema frecuente, aunque los casos no siempre salen a la luz.

Jueves, 18 de enero de 2018

El maltrato durante el embarazo rompe vínculos afectivos y puede perjudicar al bebé 1

El maltrato durante el embarazo

Según apunta un estudio de la Organización Panamericana de Salud, los tipos de maltrato más comunes durante el embarazo son la agresión física, la violencia psicológica y el abuso sexual. Las humillaciones y agresiones verbales que laceran la autoestima de la mujer son frecuentes, sobre todo cuando se trata de un embarazo no deseado. No obstante, también se han reportado casos que incluyen golpes, patadas o empujones en el rostro o el cuerpo de la gestante, e incluso agresiones con armas u objetos punzantes. En un pequeño porcentaje de los casos también se produce abuso sexual, fundamentalmente con la intención de poner en peligro el embarazo.

El doble efecto del maltrato durante el embarazo

El maltrato físico o psicológico durante el embarazo repercute de manera negativa en la madre provocando tristeza, angustia y ansiedad. A menudo la violencia también socava su autoestima y daña profundamente su autoconfianza. De hecho, estas situaciones aumentan el riesgo de sufrir estrés y padecer algún tipo de adicción, ya sea al tabaco, el alcohol o las drogas, con sus respectivas consecuencias para la salud de la embarazada y el bebé.

No obstante, cuando se golpea a una mujer embarazada, en realidad se está maltratando a dos personas. El maltrato físico puede provocar la aparición temprana de contracciones, las cuales pueden generar un parto prematuro, con todos los riesgos que esto conlleva para la salud de la madre y el pequeño. Asimismo, la violencia está vinculada a una disminución del peso corporal, anemia y desnutrición en la madre, e incluso en algunos casos es común que aparezcan hematomas, hemorragias u otras complicaciones antes o durante el parto.

También se ha podido apreciar que, tanto las agresiones físicas como psicológicas, tienen un doble efecto. Cuando una madre es víctima del maltrato su bebé es más propenso a sufrir alteraciones en el crecimiento intrauterino y a padecer diferentes trastornos físicos o psicológicos durante la primera infancia. Además, la violencia también puede afectar el vínculo que el bebé establece con su madre.

El vínculo emocional entre el bebé y la madre se resquebraja

Cuando una mujer embarazada es víctima de la violencia, los daños psicológicos en el bebé no tardan en aparecer y perduran durante gran parte de su infancia. Por lo general, el primer problema se refiere al vínculo afectivo que establece con la madre. Los niños que han sufrido la violencia cuando aún estaban en el vientre tienen dificultades para mantener una relación emocional positiva con su madre y son más propensos a desarrollar sentimientos y conductas agresivas. Es por ello que muchos deben recorrer a psicólogos infantiles.

Asimismo, estos bebés suelen presentar dificultades para adaptarse a la lactancia materna, lo cual puede generar desnutrición y bajo peso. También es usual que presenten alteraciones en su desarrollo físico, emocional y social como resultado de sus dificultades para relacionarse afectivamente con los demás.

Los investigadores piensan que una de las causas de este problema radica en que la madre desarrolla un vínculo problemático con su bebé ya que este representa, de cierta forma, un vínculo con su maltratador. Así, la madre proyecta sobre el pequeño, sin darse cuenta, una serie de sentimientos negativos que este puede captar.

Sin embargo, un estudio publicado en la revista Nature nos indica que la violencia durante el embarazo también podría marcar los cerebros de los bebés. Según estos investigadores alemanes, cuando la madre sufre un gran estrés durante la gestación debido a los abusos de su pareja, ocurren cambios en la química cerebral de los niños, específicamente en el gen NR3C1, implicado en el desarrollo, el metabolismo, la respuesta inmune y la reacción ante el estrés